Este proyecto personal parte de la observación.
Todos nosotros vemos películas, series o leemos libros que nos muestran historias de amor en los que los dos protagonistas de la trama cumplen nuestras expectativas y alcanzan ese gran beso culminante tan esperado. Es el final de muchos clásicos de arte, pero, mi intención es detenerme en esos besos que nunca se llegan a dar o que han dejado de darse por algún motivo. Hablo de un recurso muy utilizado en el cine, el “beso frustrado”. Ese beso tan esperado entre dos personajes interrumpido por algo o alguien que rompe la magia del momento, y es que la realidad es, que la mayoría de las parejas que comienzan a una temprana edad acaban obteniendo ese beso interrumpido, por ciertos problemas que hacen que sus labios se separen.
En el cine, esto se muestra con una sucesión de imágenes, pero en fotografía, la mejor forma para lograrlo es transformar aquellos problemas en objetos simbólicos e interponerlos entre esos labios, que, en principio, estaban dispuestos a besarse.